La Feria de Sevilla sin Rafael Carretero

La aldaba

Hoy vemos su gran figura por esa calle adornada de farolillos que la lluvia del olvido no puede echar abajo

Las cenas alternativas al alumbrado de la Feria

El encanto de la distancia con Sevilla

Rafael Carretero
Rafael Carretero / Juan Carlos Muñoz

08 de mayo 2025 - 04:00

Cómo echamos de menos su inconfundible figura, el tono sereno de su voz hasta para corregir ("Hermano, eso hay que hacerlo de otra manera"), su mirada de hombre bueno y afable. "Al turista hay que integrarlo, ofrecerle de nuestro plato de jamón. Se ponen contentísimos, nosotros tenemos en nuestras manos la mejor promoción de la ciudad", te explicaba mucho antes del boom de visitantes que ahora sufrimos. Tenía mucho de visionario. ¿Conciliación? La que ejercía Rafael Carretero en la Feria. Todo para delante. La familia, la caseta El Patio de los Duendes, los pejigueras de los delegados de Fiestas Mayores, los empresarios de la calle del infierno y las decenas de empresas proveedoras y de suministros. Ay, cuántos primeros días de Feria solucionó el problema del albero que se levantaba y se nos metía en la garganta. La Feria actual responde a su modelo en muchas cosas que se ven y, sobre todo, que no se ven. Cómo le preocupaba renovar la instalación eléctrica ante la oleada de aparatos de refrigeración en las casetas. Carretero vivió la llegada de las primeras cocinas y, décadas después, la del aire acondicionado. Siempre temía el momento del alumbrado en que se conectaban todas las freidoras a la vez. Apostó por el sentido único del paseo de caballos y acabó con el caos. Vivía por y para la Feria. Y le encantaba colocar una condecoración especial a los que hacen la fiesta, el pin de la portada del año, que reservaba para cocineros y camareros.

Hoy vemos a Carretero avanzar por la calle Joselito El Gallo con la chaqueta cerrada, el cuello sin corbata, el sombrero de ala ancha y un clavel reventón en la solapa. Se ha escapado de la Caseta Municipal y acude a su caseta a darse un respiro en esa estancia que tiene ventilador y ventana directa a la cocina. "Vamos a descansar un ratito, hermano. ¿Tú tomas vino o el rebujito ese...?". Si la Feria ha tenido un gran personaje entre dos siglos ha sido la de este funcionario municipal que sentía una pasión intensa y sin freno por esta fiesta. Una mañana de Feria se encontró con un joven arzobispo Amigo, hasta ahora el único prelado que se ha paseado por el real. Eran tiempos en que todavía se vivía la hermosa feria matinal, echada a perder por los criterios consumistas. El final de la Feria era quizás el momento que mejor retrataba a Carretero. El lunes posterior a la fiesta se dedicaba a cocinar una gran paella para invitar a muchos de los trabajadores. Él mismo la servía con todo cariño en la Caseta Municipal mientras la Feria era ya un amasijo de basuras y tubos desnudos. "Hay que ser agradecido, hermano, con los que nos han servido". Esta es la Feria sin... Rafael Carretero. No pasea ya por Joselito el Gallo sino por esa calle celestial y adornada de farolillos que ni la lluvia del olvido puede echar abajo.

stats
OSZAR »