"Hay que retener el talento andaluz, los jóvenes deben quedarse a trabajar en nuestra tierra"
Desayuno Coloquio de 'Diario de Sevilla'
El consejero de Universidad y los rectores hacen hincapié en la importancia de las microcredenciales para la formación permanente
Estos cursos se han vuelto esenciales en las empresas para especializar a los trabajadores
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"Hay que retener el talento andaluz, los jóvenes deben quedarse a trabajar en nuestra tierra". Éstas fueron las palabras con las que el consejero de Universidad, Investigación e Innovacion, José Carlos Gómez Villamandos, puso fin a la intervención con la que se abrió ayer miércoles el desayuno coloquio que, organizado por Diario de Sevilla, llevaba por título Formación y futuro: el impacto de las microcredenciales universitarias en el tejido empresarial. Un encuentro dividido en dos mesas de debate. La primera de ellas protagonizada por representantes de las universidades públicas en la provincia de Sevilla y la segunda, por empresarios de distintos sectores. La conclusión fue clara y la resumió a la perfección la presentadora y moderadora del acto, Magdalena Trillo, asesora de Transformación Digital del Grupo Joly: "La formación continua ya no es opcional, sino esencial".
Un mercado laboral en constante cambio y permanente desafío que requiere de una formación actualizada, flexible y muy especializada. Es la realidad de la que partieron todos los participantes en esta cita, que logró gran éxito de convocatoria, al no quedar hueco en el salón que acogió el encuentro, en el Hotel NH Collection Sevilla. Abrió el desayuno-coloquio el consejero andaluz de Universidad. Lo hizo a partir de una palabra que hasta hace poco resultaba extraña en un buen número de andaluces: microcredenciales. Se trata de cursos de corta duración que, con certificado universitario, acreditan que una persona cuenta con habilidades concretas para desempeñar una profesión muy especializada. "El impacto de las microcredenciales debe llevar a un cambio cultural, con un impacto en el tejido empresarial y en las universidades", afirmó Gómez Villamandos en el inicio del discurso de bienvenida.
Uno de los rasgos de estas microcredenciales -una de las herramientas de la formación continua- al que aludió el consejero y el resto de intervinientes es el de "la escalera social". La auténtica "democratización" de la universidad, pues no sólo están dirigidas a quienes han pasado por las aulas de las instituciones académicas, sino a todo trabajador en cualquier momento de su vida laboral. Deben tener también un objetivo claro, la empleabilidad, motivo que llevó al Ejecutivo andaluz de Juanma Moreno a actualizar la oferta de la enseñanza superior, después de permanecer 14 años "congelada". Cuatro criterios condicionaron su diseño: la internacionalización, la formación dual (entre empresa y universidad), la demanda (un número elevado de alumnos matriculados) y la empleabilidad, es decir, que los estudiantes encuentren pronto trabajo de calidad, reto nada fácil.
"Un profesional versátil"
"De las aulas universitarias debe salir un profesional versátil, que es lo que necesitan los empresarios", reivindicó el consejero, quien definió tal concepto como el de "un trabajador capaz de adaptarse a un mercado laboral tremendamente cambiante". "Aquí juegan un papel fundamental las microcredenciales, que no están dirigidas en exclusiva al sector productivo, sino también a otros ámbitos sociales", abundó.
Uno de los logros de la formación continua que proporcionan estos cursos de corta duración es "la vertebración del territorio". "Hay que conseguir que cuando una persona acabe los estudios pueda quedarse a trabajar en la zona donde se ha formado o resida. Se trata de captar el talento y retenerlo", defendió Gómez Villamandos.
Para el consejero, las microcredenciales han de incluir tres premisas. La primera, debe ser una formación "a demanda", que atienda las necesidades de los sectores empresariales. La segunda, una formación ágil, que no se demore en el tiempo la acreditación para impartirla. En este punto, el consejero adelantó que la próxima ley universitaria andaluza, al contrario de lo que ocurre en la actualidad, fijará los criterios de calidad de un título "en los resultados" y no en el proceso. La tercera premisa, la de una formación flexible, aspecto en el que se requiere que el sistema universitario público se abra a la FP y establezca "pasarelas" con esta formación técnica, en ambos sentidos. "En la enseñanza no puede haber compartimentos estancos", aseveró.
El papel de las universidades
La primera mesa de debate contó con las intervenciones del rector de la Universidad de la Pablo de Olavide (UPO), Francisco Oliva; del rector de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), José Ignacio García; y de la vicerrectora de Proyección Institucional e Internacionalización de la Universidad de Sevilla (US), Carmen Vargas. En este coloquió se abordó el papel de las universidades en las microcredenciales, en las que fue pionera la Pablo de Olavide. Su rector recordó que dichos estudios nacen de una iniciativa de la Unión Europea (UE), que fija que en 2030 el 60% de los trabajadores de los países comunitarios deben participar en cursos de formación. En España tal porcentaje se queda a la mitad, al 30%. "Las universidades tenemos un papel protagonista en las microcredenciales, que han de estar dentro de una política seria de las instituciones académicas para hacer que nuestra tierra sea muy competitiva", señaló el máximo responsable de la UPO.
La Olavide lleva ventaja en la puesta en marcha este tipo de formación continua. Ya son 13.480 estudiantes los que cuentan con microcredenciales de la UPO, donde se han impartido 56 cursos y en la que hay firmados convenios con 90 entidades colaboradoras. Para lograr tales cifras en tan pocos años fue clave la adaptación normativa que esta universidad llevó a cabo en 2023. Se consiguió agilizar la acreditación de los títulos, proceso que apenas dura dos meses, mucho menos que los de un grado o máster, que pueden prolongarse dos años, como mínimo.
Otro aspecto al que aludió Oliva es el de la financiación de las microcredenciales, para las que no se recibe ayuda pública alguna. Las universidades descartaron el programa del Estado previsto para estos cursos, al ponderar los inconvenientes que acarreaba. Dichos estudios se "autofinancian" con lo que pagan sus alumnos. No obstante, el máximo responsable de la Olavide considera oportuno recibir una "financiación adicional" que abarate los precios y permita matricularse a más personas.
En palabras del rector de la UPO, las microcredenciales "aportan certidumbre a un mundo incierto, marcado por la revolución tecnológica y sostenible, y por muchos retos sociales, como la inmigración".
José Ignacio García, rector de la UNIA, recordó que la institución académica que dirige encargó un estudio para conocer "las necesidades formativas", lo que permitió establecer las principales líneas de especialización. El informe detectó la necesidad de contar con estudios de corta duración y muy concretos, en suma, las microcredenciales, que responden al amplio colectivo de personas que no pueden pagarse o permanecer en un máster. "Sumando microcredenciales adquieren el mismo conocimiento que un máster", asegura García, quien defiende una máxima expresada ya por el consejero: "La formación no puede acabarse cuando se sale de la universidad".
"Que no se queden en una moda"
"El precio de una microcredencial nunca supondrá un problema, pues son asequibles. Duran entre 50 y 150 horas, por lo que son abordables por cualquier persona", expresó el máximo responsable de la UNIA, para quien este tipo de enseñanza debe incluir "un mínimo de presencialidad" y no ser totalmente on line. Un principio que apoyó la vicerrectora de Internacionalización de la US, Carmen Vargas, quien refirió las distintas categorías en las que se dividen en la Hispalense, las cuales responden a las demandas del tejido productivo: competencias digitales, sostenibilidad, habilidades transversales y sectores industriales específicos. A ellas se suman las microcredenciales de la Universidad Europea Ulysseus, en la que participa la Universidad de Sevilla y que se centran en el emprendimiento.
Vargas aludió a la necesidad de buscar módelos alternativos de financiación para estos estudios a través de las cátedras. Acabó su intervención con un deseo, "las microcredenciales deben ser integradas de forma sólida en las univesidades, para que no se queden en una moda". Todo ello -como apuntó la moderadora del acto- en un sistema universitario donde la edad media del estudiantado "va subiendo", a la par que lo hace la de la pirámide poblacional (con una grave crisis de natalidad) y ante la necesidad de una formación permanente.
En el mundo empresarial
La segunda mesa de debate tuvo como protagonista el empresariado, en distintos sectores, desde el asociativo, pasando por el tecnológico y acabando en el cultural. Francisco Javier Aguilar, presidente de la Federación de Empresarios de Dos Hermanas (TIXE), recordó que las primeras microcredenciales que desarrollaron las ofreció, en 2023, el Ayuntamiento nazareno, después de que TIXE hubiera consultado la necesidades formativas de sus socios y las enseñanzas que ofertan los institutos de la localidad. Un año después, lograron el doble de asistencia para estos cursos, que ya se convirtieron en "una oportunidad esencial".
José Antonio La Cal, socio fundador de Bioliza, empresa de bioenergía y valorización de residuos, manifestó que en las microcredenciales debe primar siempre "la excelencia" en la docencia, que ha de venir de "los mejores profesionales del sector". En este punto, David Núñez, responsable de la división de espacio de Alter Technology Group Tüv Nord, insistió en que esta enseñanza debe contar con "un concepto de calidad importante". "La formación continua es una decisión personal, por lo que las microcredenciales no pueden convertirse en un cursillo para facilitar un título, pues se desprestigiarían", alertó. Del mundo de la cultura, la aportación vino de Cristóbal Ortega, director del Instituto Andaluz de Flamenco (IAF), quien definió estos cursos como "poliédricos", por las distintas facetas que aporta. "En el mundo del flamenco ya nos demandan especialización en fiscalidad y contratación", explicó.
El desayuno coloquió lo cerró Rodrigo Rodríguez, vicepresidente de Prodetur, la agencia de desarrollo económico y turismo de la Diputación de Sevilla. Rodríguez destacó la necesidad de contar con las microcredenciales para lograr "mano de obra cualificada" en sectores emergentes, innovadores y también tradicionales, como el agroalimentario (base económica de la provincia) y el de la vivienda, ante la falta de inmuebles residenciales que se sufre en la actualidad. Por último, alertó sobre el peligro de la autofinanciación de las universidades, de las que reconoció las responsabilidades que afrontan y los escasos recursos públicos que reciben. "La universidad pública es el templo de la igualdad de oportunidades y su garantía es una inversión que debe asumir la administración", concluyó.
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