La procesión de Roma, un éxito relativo con un coste de más de 2,5 millones de euros

El 80% de los gastos se ha sufragado con fondos públicos. El traslado de las dos imágenes, del trono y el paso supone el mayor desembolso económico

La lección de Roma

La confirmación del modelo de Semana Santa del siglo XXI

Integrantes del cortejo de la procesión del pasado sábado.
Integrantes del cortejo de la procesión del pasado sábado. / Juan Carlos Muñoz

Más de 2,5 millones de euros, de los que un altísimo porcentaje (el 80%) proceden de fondos públicos. Un desglose de gastos que no deja de impresionar si se tiene en cuenta el resultado de lo vivido el sábado: una procesión con escaso público local y sin la presencia de ninguna alta autoridad del Vaticano, pese a la importancia que se le ha dado en Andalucía en los dos últimos años. La retransmisión de Canal Sur Televisión, clave para salvar el hito y darle brillo fuera de Roma, sirvió para disfrutar de imágenes de gran impacto (la Ciudad Eterna es aliada de la belleza) y para comprobar hasta qué punto estaban despoblados muchos tramos del recorrido. Todo ocurrió en Roma, pero con una frialdad provocada por el casi nulo interés del público italiano y un recorrido poblado de vallas que distanciaban en exceso al escaso público del cortejo.

La apuesta fue muy fuerte por parte de las administraciones públicas: la Junta de Andalucía, los ayuntamientos de Sevilla y Málaga y las dos diputaciones provinciales. También se ha contado con la ayuda de las fundaciones privadas Cajasol y Unicaja. La empresa que ha canalizado la mayor parte de los fondos ha sido la malagueña Bindu Events. El peso de buena parte de la organización lo ha llevado Paloma Saborido, profesora de Derecho Civil de la Universidad de Málaga, la gran impulsora de la procesión y que ha sido y es el contacto directo y la interlocutora del arzobispo Salvatore Fisichela, pro prefecto del Dicasterio para la Evangelización, que asumió el protagonismo de la representación eclesiástica en el palco de autoridades. Un dicasterio que, por cierto, no incluye referencia alguna a la gran procesión en su web oficial. Tampoco extraña si se tiene en cuenta el escaso calor que se percibió el sábado por parte de las altas autoridades eclesiástica, pese a que el Colegio Cardenalicio se encontraba en Roma al completo al celebrarse el domingo la misa de inicio de pontificado y pese a que las dos imágenes sagradas estuvieron tres días expuestas a la veneración en una capilla de la Basílica de San Pedro. Tal vez se pudo haber organizado la visita de alguna eminencia, el rezo del Ángelus o algún otro tipo de gesto. Tiempo había en San Pedro sin necesidad de acudir a la procesión. Quedó claro que la gran procesión no era valorada en Roma. O era sobrevalorada en Andalucía. O las diferentes partes no han hecho las gestiones previas en los ámbitos institucionales donde había que desarrollar ese trabajo.

Salvo la Diputación Provincial de Sevilla, que alcanzó acuerdo de alrededor de 140.000 euros con los ayuntamientos de La Puebla del Río y Salteras para subvencionar el traslado de las bandas de música del Cachorro, todos los fondos se han gestionado por la vía de un convenio con la referida empresa con domicilio social en Málaga.

La mayor partida de gasto se corresponde con el traslado de las imágenes sagradas (el Cristo del Cachorro y la Virgen de la Esperanza de Málaga), el paso y el trono. Un total de 815.000 euros en una operación compleja que requiere de especiales medidas de seguridad. El segundo mayor gasto (597.000 euros) ha sido la instalación, desmontaje y seguridad de la carpa desde la que salió el paso del Cachorro y el trono de la Esperanza.

Las partidas revelan la complejidad de una operación que ha generado un resultado que no ha estado a la altura de las expectativas. No era la primera vez que un paso de la Semana Santa andaluza salía en procesión por Roma, ya lo hizo una Virgen del Mayor Dolor de Granada por la misma Plaza de San Pedro en el año 2000. La dolorosa, obra de Luis Álvarez Duarte, fue venerada por Juan Pablo II. La procesión se organizó por el Año Jubilar y supuso la apertura de un congreso internacional.

El pasado sábado se trató de una iniciativa impulsada por la Santa Sede y con motivo de un Año Jubilar. Quizás por eso se esperaba más respaldo. O, cuando menos, algún detalle de cercanía, algún gesto, acaso un guiño del nuevo Papa, del secretario de Estado o de algún alto miembro de las autoridades vaticanas. Sobre todo si se tiene en cuenta que Francisco recibió dos veces al presidente de la Junta de Andalucía y a los patrocinadores de la gran procesión. Andalucía venía de acoger en Sevilla el II Congreso Internacional de Hermandades. Existe la teoría de que el fallecimiento del Papa afectó a la organización de la procesión, pero eso contrasta con que en ningún momento se amagó con la suspensión. Y, de hecho, la celebración de la misa de inicio de pontificado del domingo tenía concentrada en Roma a toda la cúpula de la Iglesia Católica como suele ocurrir en pocas fechas. Pero ni aún así se recibió el mínimo respaldo esperado. Tampoco ocurrió con una ciudad saturada de acontecimientos extraordinarios y donde tampoco se difundió la singularidad de un cortejo que, al parecer, pierde interés según se aleja de Andalucía.

Juan Pablo II ante la Virgen del Mayor Dolor de Granada en la Plaza de San Pedro en 2000.
Juan Pablo II ante la Virgen del Mayor Dolor de Granada en la Plaza de San Pedro en 2000. / M. G.

La Junta de Andalucía no tiene dudas de que la experiencia ha sido un éxito. La Consejería de Turismo ha puesto en marcha una campaña de promoción del turismo religioso enfocada más allá de los días de celebración de la Semana Santa. Se lleva a cabo en una primera etapa entre los meses de abril y junio. Está centrada en países más próximos a Europa y otros de Hispanoamérica que comparten el vínculo cultural religioso. La Junta destaca la riqueza patrimonial, artística y devocional de la región, consideradas un “producto de calidad”. Se relata la extensa red de enclaves religiosos de gran valor histórico y artístico, que incluyen catedrales, basílicas, conventos e iglesias; la Semana Santa, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional; la música, las romerías, fiestas patronales de cada municipio, la gastronomía y otras manifestaciones religiosas de la región que conforman un atractivo singular que combinan arte, fervor popular y música, todo lo cual se entiende que sitúan a la región como punto de encuentro para visitantes de todo el mundo.

A este respecto se considera que uno de los hitos de esta campaña ha sido la procesión del Jubileo en Roma. Para la Junta ha servido como plataforma de difusión única para dar a conocer toda esta religiosidad andaluza y que ha tenido una audiencia aproximada de 500 millones de espectadores gracias a la señal emitida por Canal Sur Televisión.

La Junta andaluza considera que la experiencia ha sido un éxito para la imagen de Andalucía con el añadido de haber celebrado este hito solamente tres semanas después del fallecimiento del Papa Francisco, lo que, efectivamente, supuso una alteración sustancial de los planes. Los costes que el extraordinario esfuerzo ha supuesto para la Radio Televisión Pública de Andalucía no están incluidos en las cuentas de la denominada como gran procesión.

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