La zaga de tres centrales fue un apetitoso caramelo para Antony

Fiorentina-Betis | Informe técnico

El Betis impuso su plan con la pelota, se repuso de la mala defensa en saques de esquina y explotó el carril del brasileño

Así jugaron los futbolistas del Betis ante la Fiorentina

Antony, una de las numerosas veces que encaró a Ranieri.
Antony, una de las numerosas veces que encaró a Ranieri. / RBB

En el partido del Benito Villamarín quedó claro que el Betis, al peso, es bastante mejor equipo que la Fiorentina. Que su plantilla tiene más fútbol. Más jugadores desequilibrantes. Y Manuel Pellegrini es un maestro a la hora de sacar partido de los que mejor saben tratar la pelota. Por eso no dudó en juntar a Lo Celso con Isco y Pablo Fornals (Johnny tampoco es cojo, ojo) para que la pelota fuera en mayor medida suya y guardar a buen recaudo el 2-1 que se forjó en la ida. El plan lo impuso, aunque esos dos goles encajados en sendos saques de esquina introdujeron el partido en una fase de incertidumbre más ficticia que real. Había que explotar el caramelo que tenía Antony con esa defensa de tres, el central Ranieri abierto a la banda (¡vaya duelo eléctrico que mantuvieron!) y el carrilero Gosens muy descolgado arriba, sin visos de evitar esos constantes uno contra uno.

Defensa

La superioridad bética en el centro del campo evitó situaciones para buscar al espacio a Moise Kean, que siempre esperó el balón en situaciones estáticas e incómodas para él. Por fuera, las amenazas de Dodo y Gosens, carrileros que fueron más extremos que otra cosa, contuvieron más ruido que otra nueces, ya que Sabaly y Ricardo Rodríguez se centraron en guardar sus espaldas, sin tantas licencias ofensivas como en otros partidos.

El único problema del Betis apareció, y de forma muy grosera, en la defensa del balón parado. De los doce saques de esquina que botó la Fiorentina, nueve o diez acabaron en remate. Dos de ellos, en los goles de Gosens que igualaron la eliminatoria de forma provisional, y otro, después del 2-1, le sirvió a Moise Kean una ocasión clarísima para el 3-1, pero cabeceó fuera.

Con Mendy por el lesionado Bartra, Natan se ubicó en el perfil derecho y ambos se hicieron gigantes en el despeje por alto cuando los italianos apelaron al juego directo.

Ataque

Con Pablo Fornals más pendiente de armar el juego por dentro que de progresar por la banda izquierda y Ricardo más centrado en defender, el Betis volcó sus ataques por la banda donde sí actuaba un extremo puro. Y qué extremo... Antony pronto percibió que recibía el balón en golosas situaciones de uno contra uno que lo podían llevar a pisar el área, ganar línea de fondo y dar un pase envenenado, cuando no recortar hacia dentro y chutar, como en la ocasión que le sacó De Gea aún con 0-0 en el marcador.

Isco también detectó que el agujero estaba allí mientras no hubiera otro extremo bético por la izquierda. Cuando Abde salió, también el marroquí dejó al central Pongracic en evidencia, aunque su falta de finura en la definición volviera a salir tras su decisivo gol.

Virtudes

La calidad innata de Isco y Antony volvió a pesar mucho, mucho.

Talón de Aquiles

Esa clamorosa debilidad en la defensa del balón parado.

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