La fiesta doblega al calor

Romería 2025

Las altas temperaturas marcan el inicio de los actos oficiales en la aldea

Triana vuelve a romper las costuras en la segunda jornada de presentaciones

El Quema, paraíso acotado

Carrión de los Céspedes, que cumple cien años, acompaña a su madrina, Triana, en la presentación.
Carrión de los Céspedes, que cumple cien años, acompaña a su madrina, Triana, en la presentación. / Alberto Domínguez

Es el ceremonial que abre los actos oficiales en la marisma. Durante una tarde y un día entero las hermandades filiales (este año se ha creado el nuevo concepto de agregadas) se presentan ante la Blanca Paloma. Aquí, bajo la icónica concha del santuario, las recibe, como anfitriona, la Matriz de Almonte. La corporación que preside Santiago Padilla (de impoluta chaqueta blanca) asiste a las once de la mañana de este sábado de romería a misa. El templo está lleno. Muchos peregrinos se encuentran en la aldea desde la noche del jueves, cuando entraron las primeras corporaciones. El grueso lo hizo la tarde del viernes. El resto procede ahora, en esta mañana de fin de semana en la que el calor presenta sus credenciales. Desde bien temprano conviene buscar la sombra. El sol se soporta lo mínimo. Y esto es sólo un avance de lo que está por venir el domingo, cuando el mercurio se ponga a 40 grados.

La última en presentarse el viernes fue la Hermandad del Rocío de la Macarena. Lo hizo cuando se apagaban las luces de un día en el que también acudió hasta la puerta del santuario la Castrense de Tablada. Otras tantas filiales de la provincia lo hicieron, de igual forma, tras recorrer los caminos que las han llevado hasta aquí, la Roma marismeña donde todas las sendas confluyen. El puente del Ajolí es estos días el puesto fronterizo de Tierra Santa, como así llaman los romeros de condición mística a estos arenales de Doñana. Aunque para arrebato místico, el de Huelva por la célebre charca. Pocos momentos de la peregrinación ganan a éste en belleza.

El misticismo en la aldea se evapora cuando se recorre la distancia entre los aparcamientos y el meollo de la fiesta. Una larga media hora esquivando carruajes, caballos y comitivas romeras que anticipan el cansancio en los cuerpos antes de llegar a la Plaza de Doñana, protagonista este año de una de las novedades de la romería. La Virgen del Rocío se adentrará en ella el Lunes de Pentecostés, en un intento de mejorar la organización de la procesión. La Blanca Paloma llegará hasta la misma puerta de la casa de hermandad de Sevilla, que celebra tres cuartos de siglo de caminos.

Villamanrique se presenta ante la Blanca Paloma.
Villamanrique se presenta ante la Blanca Paloma. / Alberto Domínguez

La otra novedad importante es la zona de celebración de la misa de Pentecostés. Tendrá lugar en el Paseo Marismeño, a escasos metros de donde a punto está de comenzar este desfile romero. Así lo recuerdan por la megafonía, elemento sustancial con el que toda Andalucía identifica el sábado del Rocío. Padilla, en su discurso de bienvenida, recuerda las efemérides a conmemorar, como el centenario de la Hermandad de Carrión de los Céspedes, que acompañará en la presentación a su madrina, Triana. Lo releva frente al micrófono la voz de una mujer, que hace las veces de speaker para dar orden y compostura a este recibimiento.

Las primeras horas de la tarde del sábado aglutinan el Rocío que cuenta su historia por siglos: Villamanrique, Pilas, la Palma del Condado...Conocedoras de la devoción a la Patrona de Almonte mucho antes de que se hiciera universal (de que se globalizara, como se dice ahora) y adoptara las formas y expresiones actuales. A la antigua Villa de Mures la acompaña Albacete. El Rocío, además de ser el verdadero eje vertebrador de Andalucía (asignatura pendiente en San Telmo tras más de 40 años de autonomía), tiende puentes entre alejados puntos geográficos del suelo patrio. De la marisma del Guadalquivir a la Mancha profunda. Todos unidos en estas arenas donde el gentío se arremolina junto a la carreta de plata -mitad carreta, mitad cajón- que cobija al simpecado manriqueño, siempre adornado con flores rojas.

El carretero de Pilas adiestra a los bueyes delante del santuario.
El carretero de Pilas adiestra a los bueyes delante del santuario. / Alberto Domínguez

El tamboril y la gaita rociera se convierten en banda sonora. Patrimonio musical que pregona la llegada de hermandades. El calor va en aumento. La acera del sol queda huérfana de público. Todos la rehúyen. Los peregrinos vienen con botellas de agua. Y los abanicos se ponen a revientacalderas. No dejan de remover el aire.

Pilas, con su antigua carreta

Pilas está de aniversario, 375 años de historia. Casi cuatro siglos de devoción en este pueblo del Aljarafe que, en un guiño al pasado, viene con su carreta antigua, la de madera. Después lo hace uno de los prodigios de orfebrería en esta fiesta, la Palma de Condado y su portentosa carreta, con esos relieves que alguien bautizó como catequesis de plata. Diseño de Joaquín Castilla, cuya firma tantas piezas ha dado al mundo cofradiero. Y al rociero. Sin ir más lejos, el conjunto de traje y manto -el de los apóstoles- con el que está vestida esta romería la Blanca Paloma es también obra suya.

Juanma Moreno y Santiago Padilla en el recibimiento a las hermandades.
Juanma Moreno y Santiago Padilla en el recibimiento a las hermandades. / Alberto Domínguez

Y cuando el sol ya aprieta fuerte, llega la tribu que levanta el primer polverío de la jornada. Carrión de los Céspedes acompaña este año a Triana. Cumple cien años esta hermandad amadrinada por la número seis, la del antiguo arrabal. Sus peregrinos esperan a que pase por delante de ellos la bulliciosa comitiva de cordón y cintas verdes. Aguardan pacientemente bajo un sol de justicia (valga el tópico). Espectadores privilegiados de la ceremoniosa caballería.

Un cordón de personas intentan evitar que los peregrinos de Triana se coloquen delante del simpecado.
Un cordón de personas intentan evitar que los peregrinos de Triana se coloquen delante del simpecado. / Europa Press / Joaquín Corchero

La explanada, que hasta hace poco estaba a mitad de aforo, se llena por unos instantes. Sólo por unos, que permanecer al sol es cosa hoy de héroes. Los sombreros alzados anticipan lo que viene. La speaker reitera en varias ocasiones que los peregrinos se coloquen detrás de la carreta del simpecado. Hay empujones y tensión delante de los bueyes por contener la masa enfervorecida.

Triana arrastra un bullicio de gente por la aldea.
Triana arrastra un bullicio de gente por la aldea. / Alberto Domínguez

En esos momentos, en la puerta del santuario, vara en mano, se encuentran el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; el consejero de Presidencia, Antonio Sanz; la consejera de Cultura, Patricia del Pozo; y la de Igualdad, Lóles López. Moreno lleva cubana blanca, prenda que, poco a poco, se impone al traje corto en esta fiesta, que alcanza uno de sus momentos más intensos cuando, tras la presentación oficial de Triana y Carrión, con sus dos carretas juntas, llega la turbamulta cantando el himno oficioso de este sábado: "¡Aquí estamos otra vez...!".

Viene luego el desfile de carretas de bueyes, ya tamizadas por el polvo de los caminos. La alegría se resiste al calor. Los casi 40 grados no la doblegan. Otro año más aquí, en la tierra prometida. La que hoy prende fuego en las arenas. Y en el espíritu.

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