Haendel no defraudará nunca

ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA | CRÍTICA

Maite Beaumont, la OBS y Haendel para cerrar temporada.
Maite Beaumont, la OBS y Haendel para cerrar temporada. / Luis Ollero

La ficha

*****Programa: Concerto grosso op. 6 nº 5 en Re mayor; Sonata para violín y continuo op. 1 nº 6 en Sol menor; Obertura de ‘Giulio Cesare in Egitto’; Concerto grosso op. 6 nº 7 en Si bemol mayor; ‘Cara speme’ (’Giulio Cesare in Egitto); ‘Langue offeso’ (’Giulio Cesare in Egitto’); ‘Pena tiranna’ (’Amadigi di Gaula’); ‘Dopo notte’ (’Ariodante’), de G. F. Haendel. Mezzosoprano: Maite Beaumont. Violín y director: Stefano Barneschi. Lugar: Espacio Turina. Fecha: Jueves, 22 de mayo. Aforo: Lleno.

¿Qué se habrían dicho Bach y Haendel si hubiera fructificado aquel intento de encuentro en Halle en 1719? Los dos mayores genios del Barroco, diversidad de caracteres, pero iguales en el compromiso con la música. Con un programa como éste con el que la OBS cierra su temporada sevillana se reafirma el asombro y el embeleso ante la capacidad haendeliana para crear melodías conmovedoras en su pura belleza y su sabiduría técnica en la escritura orquestal.

Con Stefano Barneschi a la cabeza, el conjunto se instaló en un sonido rico en colores, denso y brillante según el momento, empastado, con matices oscuros pero con luz propia, como en el primer Largo del concerto grosso op. 6 nº 7. Barneschi se recreó en el carácter eminentemente teatral de la música instrumental de Haendel y jugó con los contrastes dinámicos súbitos y con una acentuación rica en gradaciones pero siempre muy expresiva, a lo que la OBS respondió con la precisión en ella habitual. Situando a violines primeos y segundos enfrentados se podían ver además de oir los diálogos entre ellos en los dos concerti grossi. Como solista en los dos fragmentos de la sonata op. 1 nº 6 Barneschi estableció un fraseo rico en matices y un sonido rico en colores, con gran capacidad creativa en materia de ornamentación. Y sin olvidar la agilidad y precisión de su toque. En el aira "Pena tiranna" pudimos disfrutar del bello sonido del fagot de Eyal Street (soberbio control del fiato) y del oboe siempre dulce de Pedro Castro.

Maite Beaumont, con su bella voz de centro pulido y de registros perfectamente ensamblados, y con su capacidad de transmitir emoción con el fraseo, dio una maravillosa lección de bel canto. Estuvo a nivel excelente tanto en las arias más patéticas en las que siempre sabe hacer recaer la voz sobre las palabras más cargadas de afectos, como en las más agitadas, en las que mostró un pleno dominio de las agilidades y de la coloratura. Los graves sonaron siempre apoyados y el ascenso al agudo se realiza con precisión y brillo. Doblegó el sonido con filados y alguna messa di voce de muchísimos quilates, adelgazando el sonido sin perder definición y proyección. Y con plena inteligibilidad de las palabras, algo esencial para apreciar los juegos retóricos sembrados por Handel en sus partituras.

stats
OSZAR »