El pez guitarra gigante sobrevive en Andalucía gracias a la 'ciencia ciudadana'

El Acuario de Sevilla forma parte de un consorcio de entidades científicas que, con la participación de pescadores recreativos, han recopilado más de 80 avistamientos de esta especie en peligro crítico de extinción

El guardián de los secretos del agua que se protege en Sevilla

Manejo de un pez guitarra gigante en Cádiz.
Manejo de un pez guitarra gigante en Cádiz. / M. G.

Las costas gaditanas y onubenses representan el último refugio europeo para el pez guitarra gigante o guitarrón (Glaucostegus cemiculus), una especie cartilaginosa emparentada con los tiburones que se encuentra en peligro crítico, según la clasificación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Este peculiar animal, que ha desaparecido progresivamente del litoral mediterráneo, mantiene una población estable en Andalucía gracias a una iniciativa pionera que combina investigación científica y participación ciudadana con sello sevillano.

El Acuario de Sevilla forma parte del consorcio nacional de entidades científicas que, con el respaldo institucional del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), la Junta de Andalucía y la prestigiosa Estación Biológica de Doñana, está detrás del proyecto Glaucostegus, liderado por el doctor Jaime Penadés, y que constituye el primer estudio sistemático de estos animales en su medio natural dentro del continente europeo.

La investigación, en la que también participa la Fundación Oceanogràfic, la Fundación Azul Marino y la Associació LAMNA, busca generar conocimiento esencial sobre la biología, ecología y amenazas que afectan a esta especie, información que resulta "vital para mejorar su protección a nivel nacional y también mundial", según explica el propio Penadés. Las primeras conclusiones determinan que, en los últimos años, factores como la pesca incidental, la destrucción de hábitats costeros y la creciente presión humana han acelerado el declive de esta emblemática especie marina.

La lista de colaboradores se extiende además al Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA), la Universidad de Cádiz, el Oceanário de Lisboa, Zoomarine Algarve y Seashore Environment & Fauna. A nivel local, la participación de la Asociación Los Corrales de Rota y numerosos pescadores recreativos ha resultado determinante para el avance de la investigación.

Durante uno de los muestreos en Cadiz.
Durante uno de los muestreos en Cadiz. / M. G.

Por su parte, la colaboración ciudadana constituye uno de los pilares fundamentales del proyecto. Desde 2018, Ángel Benítez, fundador de la iniciativa, comenzó a recopilar sistemáticamente datos de capturas accidentales gracias a la participación de pescadores recreativos. Esta red de observadores voluntarios ha permitido documentar más de 80 avistamientos confirmados de una especie de la que apenas existían registros científicos recientes.

El protocolo de colaboración es sencillo pero efectivo: los pescadores envían fotografías o vídeos del ejemplar capturado accidentalmente, acompañados de información básica como fecha, hora, ubicación exacta y tipo de cebo utilizado. Esta información ha resultado crucial para confirmar la reproducción del guitarrón en aguas andaluzas —con el avistamiento de ejemplares neonatos— y para detectar casos de furtivismo, una amenaza persistente para la especie.

Campañas científicas rigurosas

Complementando la información aportada por los ciudadanos, el proyecto desarrolla campañas de muestreo científico. A finales de mayo de 2025 se realizó la primera campaña del año en la Playa de Valdelagrana, en plena Bahía de Cádiz. El despliegue movilizó a más de 40 investigadores que lograron estudiar 33 ejemplares de guitarrón, incluyendo tanto juveniles como adultos.

Estas campañas se realizan bajo estrictos protocolos diseñados específicamente para minimizar el estrés de los animales. Los científicos obtienen datos biométricos como el tamaño y sexo de los ejemplares, además de recoger muestras de ADN y sangre que permiten evaluar el estado de salud de la población. Todo el proceso cuenta con los permisos oficiales del MITECO y sigue metodologías que reducen al mínimo los tiempos de manipulación.

El conocimiento generado por el proyecto Glaucostegus está abriendo nuevas vías para la conservación de la especie. Una de las líneas más prometedoras es el estudio genético comparado de los ejemplares mantenidos en cuatro de los principales acuarios de la península ibérica. Este enfoque permitirá evaluar la viabilidad de implementar un programa de reproducción ex situ, con la posibilidad futura de reintroducir ejemplares en zonas consideradas seguras.

"En el marco de la Década de los Océanos declarado por la ONU y ante el reto de la restauración de la Naturaleza en Europa, el guitarrón es un símbolo de todo lo que nos queda por hacer aún, una oportunidad para actuar antes de que sea demasiado tarde para esta y muchas otras especies. Trabajando de manera colaborativa podemos aumentar de forma significativa el impacto que tenemos hacia la conservación del medio marino", destaca Jaime Penadés.

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