Cuatro oficios que se llevan a cabo en Sevilla y que son únicos en el mundo
En Sevilla se practican algunos oficios desde hace siglos que no se dan en ningún otro lugar
El espacio de comida fusión latina del Mercado de Feria que cuenta con un Solete de la Guía Repsol

La ciudad de Sevilla, así como algunos de sus pueblos de la provincia, cuentan con diversos oficios que si bien se realizan en otras ciudades, cuentan con un sello de identidad que los hace únicos en todo el mundo. La tradición alfarera, la elaboración de destilados o la creación de mantones y mantoncillos son solo algunos de ellos:
Alfarería en Triana
La ciudad de Sevilla ha tenido una larga tradición alfarera a lo largo de la historia gracias a las arcillas propias de estas tierras. Uno de los lugares que más ha despuntado en este oficio ha sido el barrio de Triana, quedando patente que ya desde época romana y visigoda existían talleres alfareros en torno al río Guadalquivir.
El momento en el que se palpó con mayor claridad la presencia de esta tradición artesana se dio cuando empezaron a aparecer los primeros alicatados en la ciudad a raíz de la reconquista de Sevilla por Fernando III a mediados del siglo XIV, cuando se reactivó el sector de la construcción impulsado por la Corona y la Iglesia. Pero no sería hasta el siglo XVI cuando se dio el auge de la conocida como cerámica de Triana debido a las necesidades de exportación a través del puerto cercano de Indias, así como por la intensa demanda de construcción de nuevos templos y casas palaciegas a raíz del descubrimiento de América.

Enrejado del mantón de manila en Cantillana
Si bien es cierto que la tradición del bordado de mantones de manila se da en diferentes puntos de Sevilla, así como la de los bordados de los mantos de las vírgenes, que también se llevan a cabo en diversos lugares de la región, el oficio relacionado con el enrejado (los flecos) que llevan dichos mantones y mantoncillos es original del pueblo sevillano de Cantillana.
Esta técnica consiste en la elaboración manual de los flecos de seda que adornan los mantones, un proceso transmitido de generación en generación desde el siglo XIX y que está profundamente arraigado a este municipio. En Cantillana, numerosas artesanas se dedican a esta labor, creando diseños exclusivos y personalizados para ofrecer una variedad de enrejados artesanales hechos a mano, manteniendo viva esta tradición.
Para preservar y promover este patrimonio, se inauguró hace unos años la "Casa del Mantón", un centro de interpretación dedicado a la artesanía del enrejado del mantón de Manila. Este espacio ofrece a los visitantes la oportunidad de conocer de cerca el proceso de elaboración y la historia detrás de esta emblemática prenda.
Licores y aguardientes en la Sierra Norte
La Sierra Norte de Sevilla es uno de los lugares de la provincia más famosos por la elaboración de sus destilados. De esta manera, el pueblo de Cazalla de la Sierra da nombre a un destilado, la Cazalla, que se produce todavía artesanalmente en varias localidades serranas. En la vecina Constantina es posible visitar la fábrica y museo de la marca de anís La Violetera, con su alambique centenario, y también en Cazalla, las instalaciones de El Clavel y Miura.
Aunque sus orígenes se fechan en siglos pasados, posiblemente desde el siglo XV, su elaboración estuvo perdida durante largos años hasta que se ha conseguido recuperar en la actualidad y se ha convertido en referente en todo el país, especialmente en fechas como la Navidad.
Alfombras en Castilleja de la Cuesta
Castilleja de la Cuesta, municipio ubicado a apenas unos kilómetros de Sevilla, no es solo famoso por sus tortas de aceite, las de Inés Rosales, o su historia, sino también por ostentar uno de los oficios más tradicionales de la provincia: el de la elaboración de alfombras, especialmente los de la familia Baldomero.
Alfombras Baldomero se fundó como empresa familiar en el año 1925, hace ahora un siglo, centrando su trabajo en la fabricación de alfombras y tapices, especializándose en la producción de piezas artesanales en nudo turco y nudo español. En estos cien años de historia, su trayectoria, que ahora está en manos de la tercera generación, ha posibilitado que sus alfombras se vendan en toda España y en diferentes países del mundo.

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