'Tómbola': cuando la Junta se plantó ante el PP de Valencia

En 2003 el entonces presidente José María Aznar se quejó de la "telebasura" reinante en el mando. "Telebasura", un término manido y perverso que en el esplendor del aznarismo se dirigió entre otros espacios hacia Hotel Glam,reality de famosos que triunfaba por entonces en Telecinco a mayor gloria de Yola Berrocal. Parece que hablamos de hace mucho mucho tiempo.

El PP se quejó de la telebasura y ese concepto de televisión nació de manera nítida en los canales regidos por administraciones populares, que siempre han tenido un sello distintivo de confundir lo popular con lo populachero. Sólo hay que echar un vistazo a las parrillas de entretenimiento del presidente de RTVE, José Antonio Sánchez: la de 2004 (Noche de fiesta era su emblema) y la de 2017, liderada por espacios como Hora punta. En la Comunidad Valenciana regida desde el 95 por el PP la defenestrada autonómica Canal 9, llamada a arruinarse con el paso de los años hasta quedar clausurada con 962 millones de euros en números rojos, se inventó en mayo de 1997 el programa Tómbola. Tenía el aspecto idéntico a La clave, seis o siete contertulios enfrentados, con un moderador en el centro. Pero en lugar de analizar la actualidad dura o la Historia, como sucedía en el caso de Balbín, iban todos los personajes de las revistas del corazón para airear sus vivencias, cuernos y anatomías escondidas. Jesús Mariñas se bajó los pantalones y a partir de ahí fue un no parar. Tómbola nacía por gemación de Parle vosté, calle vosté (un título muy del estilo de Aznar, Hable usted, calle usted). Había tenido tanto éxito la entrega dedicada a los famosos, con los calzoncillos de Mariñas, que se convirtió en un monográfico nocturno en directo de más de cuatro horas. El 13 de mayo del 97 se estrenaba la marca Tómbola con Ximo Rovira de presentador, que de secundario en Olé tus vídeos pasó a ser el gurú de no se sabe qué. Llegó a estar pagado de manera multimillonaria por pastorear la tertulia y montar un par de programas en la cadena valenciana. En el primer día dejó que Chábeli fuera sacudida por los cronistas rosas y se marchara con un cabreo justificado. Era carne de zapping.

En el PP estaban encantados con la fórmula de la pólvora, una pólvora cochambrosa. Tómbola alcanzaba cuotas del 50%, superando a TVE y a las privadas y en esas que la Telemadrid de Ruiz-Gallardón y el Canal Sur de Manuel Chaves se apuntaron de inmediato. La cadena andaluza se subió al carro de Producciones 52, ya que era una empresa de productores andaluces y radicada en Sevilla la que montaba este tinglado de gallinero valenciano. En Producciones 52 se encontraban viejos conocidos que a día de hoy siguen siendo ejes de la programación de Canal Sur. José Manuel Fernández Cuadrado Lepo ahora firma La báscula, Gente maravillosanoche o desmontó las mañanas de la cadena pública con un desastre de igual nombre, otro de los pinchazos de Toñi Moreno. Lepo montaba hace veinte años la Tómbola con Nicolás Díaz Bustos, también en la producción. En el caso de Díaz Bustos fue quien ideó la actual sección de los mayores del casamentero Juan y Medio (Punto y Medio), tras eliminarse el magacín de famosos y gritos pantojiles de Agustín Bravo (Bravo por la tarde), y fue el responsable del formato de telemendicidad Entre todos de La 1, también con Toñi Moreno. Aquí de nuevo estaba la mano del PP en un programa que incluía la idea de desacreditar el sistema andaluz de asistencia pública, con la productora de Pablo Carrasco, ex director general de la RTVA. Díaz Bustos es también responsable de La respuesta está en la Historia (con el ambientito actual, vean el programa dedicado a Al Andalus). El tercer hombre de Tómbola era Ángel Moreno, por entonces marido de Nieves Herrero, periodista que cinco años antes entró en barrena por su cobertura del crimen de Alcàsser.

La televisión del PP valenciano tiene puntos en común con el actual Canal Sur de Susana Díaz, donde además del magacín de Juan y Medio hay dos programas diarios dedicados al mundo del corazón (de otra productora de ex directivos de la RTVA, ADM), y las evidencias más claras se remontan a esos años del aznarismo imperial. Canal Sur, donde prolifera el corazoneo, ha sido visto este agosto sólo por el 8,9% de la audiencia andaluza.

Tómbola era un fenómeno de audiencia del que tomaban nota Telecinco y Antena 3. De su esencia surgieron Salsa rosa o ¿Dónde estás corazón? La cadena de Atresmedia terminaría renunciando a los espacios rotundos del corazón y a día de hoy Sálvame es el bisnieto más parecido de Tómbola, donde la gente entraba y salía del plató a fumarse un cigarro y en los camerinos los famosetes de medio pelo y baja estofa sonreían con los cheques que firmaba Moreno.

Lo de Ximo era un rentable éxito valenciano que, dicen, costaba 17 millones de pesetas por entrega (7 millones eran para pagar a los invitados del cadalso) pero en el gobierno de Manuel Chaves no hacía gracia que un programa de Canal 9, aunque hubiera sido de producción sevillana, fuera lo más visto de la cadena andaluza. La aldea de Astérix del PSOE debía moverse con gestos y se buscaba una oportunidad para dar el plantón. Para quitarse de enmedio a Tómbola no era difícil encontrar excusas y el equipo de Chaves halló su momento hace ahora 20 años. Un día después del accidente mortal de Lady Di los contertulios habituales de Tómbola (los ilustres Mariñas, Karmele Marchante, Jimmy Giménez-Arnau, Lydia Lozano) se enzarzaron en risotadas, anécdotas y alarmismos y Bertín Osborne, que pasaba por allí, soltó alguna que otra barbaridad. El programa de los famosos quedaba cancelado por el director general de Canal Sur, Eduardo Abellán, y con ese desplante la Junta se ponía de puntillas frente al PP y su concepto de televisión pública.

Un postureo político que no impidió que Producciones 52 y sus empresas sucesoras como la mencionada Happy Ending camparan y campen por la parrilla de la cadena pública andaluza.

Tras el portazo de Canal Sur Tómbola siguió navegando hasta entrar en decadencia con la proliferación de espacios parecidos. Telemadrid se dio de baja en 2001 y el contenido llegó a ofrecerse en cadenas locales. En 2004 decía adiós tras haber facturado Producciones 52 unos 32 millones de euros en las siete temporadas. Nadie lo echa de menos.