Cordón y Almeyda: dos pilares para construir desde los cimientos

El pacense y el argentino, con antecedentes ambos de situaciones complejas, tienen la tarea de levantar un equipo con escasos mimbres, dudas sobre cedidos y el peliagudo límite salarial

Almeyda es esperado al principio de esta semana

Matías Almeyda dirige un partido de clasificación de Champions del AEK de Atenas.
Matías Almeyda dirige un partido de clasificación de Champions del AEK de Atenas. / AFP7 / Europa Press

José María del Nido Carrasco ha dado con lo que buscaba y ahora sólo queda que el nuevo proyecto coja asiento sobre los dos pilares elegidos para levantar de la nada, o casi, un nuevo edificio. Una nueva estructura de plantilla que requiere una cimentación bien profunda partiendo casi de cero. Lo que quedará del plantel ya está en manos de Antonio Cordón, un arquitecto que ha tenido equipos en precario. Y el ingeniero que debe llevar de los planos a la realidad esa estructura será Matías Almeyda, que sabe lo que es trabajar desde la precariedad.

Se dota así el comité de dirección que preside Del Nido Carrasco de dos contrafuertes que sostengan desde fuera un edificio con muy graves problemas internos. No sólo en lo deportivo. La erosión viene de largo, al menos desde que José María del Nido Benavente inició en 2020 su intento de asaltar la presidencia por razones que nada tenían que ver con lo deportivo, sino con el llamado pacto por la pasta que instó a su hijo a firmar con Sevillistas de Nervión.

Pero de la horrible deriva de lo institucional no tienen por qué saber Cordón ni Almeyda, más allá de estar al tanto de las gravísimas consecuencias que tendrán para la confección de la plantilla los continuos fallos de planificación y los giros de timón de un comité de dirección dislocado, hasta lo temerario, y al pairo de la veleidosa opinión de la afición. Lopetegui, Sampaoli, Monchi, Mendilibar, Diego Alonso, Quique, García Pimienta y Víctor Orta.

Sin margen de error en la planificación

Demasiados despidos o ceses. Ya no queda margen de error. En lugar de eso hay una plantilla que perderá a sus valores más cotizados -Badé, Lukébakio, Juanlu...- por la necesidad de ajustar el balance económico de otra temporada deficitaria.

Es una incógnita cómo afrontará Cordón el peliagudo problema del límite salarial más bajo de LaLiga, al que contribuyen los salarios de los cedidos: Januzaj, Joan Jordán, Rafa Mir, Iheanacho y en menos medida Gattoni. No es descartable que aproveche a alguno de ellos que parecían ya sin recorrido en el Sevilla tras haber rendido en sus cesiones, como Joan Jordán o Rafa Mir.

La experiencia de Cordón en el eterno rival

La elección del comité de dirección de Cordón está fundamentada en la experiencia del veterano gestor técnico en escenarios complejos. La referencia más cercana es, aunque no quiera recordarla el sevillismo más recalcitrante, el eterno rival. Cuando llegó al Betis en 2020, en pleno Covid y con el concurso de acreedores coleando, ya estaba recién contratado Manuel Pellegrini, y firmó a jugadores cedidos o libres (Claudio Bravo, Montoya, Víctor Ruiz, Miranda, Lo Celso de vuelta del Tottenham...). No podía gastar. No lo hizo hasta su tercera y última temporada, que en realidad fue media porque tuvo discordancia con la visión de Miguel López Catalán y se fue en febrero de 2023, tras fichar a Ayoze cedido en enero.

En 2021 ya empezó a gastar algo en fichajes, que en su mayoría siguieron llegando como libres, cedidos, cedidos de vuelta o promociones del filial (Rui Silva, Sabaly, Miranda, Bellerín, Rodri, Edgar...). Gastó 3,5 millones en Pezzella -el Betis lo había traspasado un año antes a la Fiorentina por 9,75 millones, con lo que no fue tal gasto- y en la cesión con opción de compra de Willian José (960.000 euros). Y en en su tercer verano, el de 2022, ya sí invirtió: llegaron Luiz Henrique por 10,4 millones de euros, ejecutó la opción de compra de Willian José por 10 millones y fichó a Abner por 7. Y llegó Luis Felipe libre. No terminó su tercer año, algo que desea en Nervión.

De Imanol a Almeyda, el giro de Cordón

Lo primero que ha hecho Cordón tras volver a Sevilla es apostar firmemente por Matías Almeyda. La apuesta por Imanol era más de Víctor Orta que del comité de dirección, que atendió su sugerencia porque cumplía con una premisa clave: un entrenador español con currículum en la Liga. José Bordalás no fue contemplado, más allá de sopesar el ofrecimiento de su agente antes de que se aclarara su continuidad en Getafe con Toni Muñoz.

La apuesta por Almeyda tiene su origen en la terna de candidatos que traía Cordón, que se reunió con Imanol porque no lo veía mal. No encajaron. El pacense impuso al argentino tras conocerlo en Grecia, donde acababa de lograr el histórico doblete del AEK de Atenas cuando el gestor pacense accedió al asesoramiento deportivo del grupo de clubes de Evangelos Marinakis, presidente de Olympiacos.

Los antecedentes de Almeyda

A Cordón le gustó la forma en que dirigió al AEK Almeyda en su primera y única hasta ahora experiencia europea. Hizo campeón de la Super Liga helena al AEK por segunda vez en el siglo XXI, cinco años después del título de 2018 de su ex compañero en el Sevilla Manolo Jiménez. Y lo unió al de Copa, que no ganaba desde 2016. Pero el AEK no remató la faena en 2023 por poco -quedó segundo- y el final de 2025 -cuarto tras desinflarse-. Y en Argentina se ganó su fama de técnico versátil y entregado a retos difíciles.

El más complejo, colgar las botas y aceptar el banquillo de un River Plate con el que descendió en 2011. Se encalleció con aquella experiencia y logró el ascenso. Y luego, repitió otro ascenso con el Banfield antes de su eclosión en el Chivas: cinco títulos en tres años que lo encumbraron. Sin embargo, no ha tenido la continuidad que ahora busca en el Sevilla. En su escenario más complejo.

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