La España del caos

07 de mayo 2025 - 03:11

Vamos a ser sinceros: es mucho más fácil de digerir que toda España se vaya a negro, el lunes fatídico del gran apagón, si hay un enemigo bien definido en quien focalizar el odio y podemos escudarnos en el papel de víctimas. Imagínese dentro de un videojuego (y no hace falta que sea futurista): ¿prefiere enfrentarse a un ciberataque planificado de Putin o a un colapso inexplicable de todo el sistema eléctrico? Opino igual. Así somos los humanos. Nos crecemos, nos disculpamos los errores y hasta nos unimos cuando vemos en frente una amenaza. Pero tangible. Con cuernos y rabo.

Una semana después lo hemos vuelto a comprobar: ¿robo o boicot? Es evidente que resulta más asumible lanzar a la opinión pública la teoría del sabotaje contra una infraestructura clave como el AVE (es lo que hizo Óscar Puente como ministro de Transportes en el minuto uno) que reconocer las consecuencias de una sustracción de poca monta. Apenas 300 euros por 150 metros de cobre y medio país, otra vez, paralizado. ¿Cómo lo explicamos?

La presidenta de Madrid, en su perfil nada improvisado de líder de la oposición, lo tiene claro: España está sumida en el caos. Y sin matices; “Con Pedro Sánchez todo es un caos”. Justo este martes, con récord histórico de empleo en todo el país gracias al tirón de la Semana Santa, cuesta comprarle el mensaje. Ni en lo estructural ni en lo cotidiano. Pero es lo de menos.

Es de primero de Comunicación Política: no importa tanto lo que se dice como lo que se cree. Y hay una fórmula que nunca falla: el mix de datos ciertos con un extra de interpretación partidista. Antes y después de la inteligencia artificial, los bulos más difíciles de desmentir son los engañosos; los que se deslizan entre la verdad y la mentira. Voy a darle la razón a Díaz Ayuso: ¿no sienten sonrojo con tanto acontecimiento excepcional? Pero una cosa es asumir el “desprestigio de España” con el apagón y el colpaso ferroviario y otra bien distinta esa teoría del caos que no es sino un anticipo bien calculado de “dimisiones ya”; “elecciones ya”.

Sinceramente, lo que a mí realmente me preocupa es quién pagará la fiesta. Si mientras nos distraemos buscando culpables con comisiones y debates parlamentarios, llegamos a la conclusión (técnica) de que la isla energética de España no funciona (no está preparada para la producción creciente de las renovables) y hay que realizar inversiones millonarias en la red. ¡Justo ahora que había logrado bajar la factura de la luz!

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