Ucrania pierde protagonismo por la apatía de Estados Unidos y la escalada en Oriente Próximo
Guerra en Ucrania
El presidente Zelenski ha recibido en apenas unos días tres jarros de agua fría en sus intentos de ganarse el favor de Trump
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Kiev/Cien días después de que Kiev aceptara la exigencia de un alto el fuego de Estados Unidos, la apatía del presidente Donald Trump a la hora de forzar a hacer lo mismo a su homólogo ruso, Vladimir Putin, condenan a Ucrania a mantener su defensa en una guerra que ha de competir ahora por la atención internacional por las hostilidades desatadas entre Israel e Irán en Oriente Próximo.
"Ucrania sigue comprometida con la paz. Desafortunadamente, Rusia sigue eligiendo la guerra, ignorando los esfuerzos de Estados Unidos de parar la matanza", escribió en X el ministro ucraniano de Exteriores, Andri Sibiga, con motivo de los cien días de declaraciones improductivas de Trump en favor de una tregua.
"Es el momento de actuar y de forzar a Rusia a la paz. Paz a través de la fuerza, un incremento de las sanciones y más capacidades (militares) para Ucrania", abundó.
Las medidas que Ucrania reclama a Estados Unidos prácticamente a diario parecen, sin embargo, cada vez más improbables.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha recibido en apenas unos días tres jarros de agua fría en sus intentos de ganarse el favor de Trump y convencerle personalmente de que sólo con más apoyo militar a Kiev y sanciones adicionales a Rusia conseguirá que Putin baje las armas.
En un encuentro con periodistas sin grabadoras o cámaras celebrado en Kiev el pasado viernes, antes de que el presidente ucraniano viajara a Canadá para una cumbre del G-7 en la que esperaba reunirse con Trump, Zelenski expresó sus inquietudes sobre lo que podría suponer para Ucrania la actual coyuntura internacional.
"Sin duda, una consecuencia de cualquier escalada en Oriente Próximo es el incremento de ayuda a Israel", dijo Zelenski en ese encuentro, en el que estuvo presente Efe.
En espera de misiles anti-dron
Zelenski recordó que ese mismo factor ya supuso una ralentización de la ayuda militar a Kiev tras la guerra de Israel contra Hamas y Hezbolá que empezó en respuesta a los ataques del 7 de octubre de 2023.
Zelenski explicó que las consecuencias de la campaña israelí contra el programa balístico y nuclear iraní empezaron a sentirse en Ucrania antes incluso de que comenzaran las operaciones.
Kiev esperaba recibir de Estados Unidos 20.000 misiles anti-dron, un envío aprobado por la anterior Administración de Washington que fue redirigido a Oriente Próximo por decisión de Trump.
"Para nosotros fue un golpe. Y también entendimos que la operación israelí se acercaba", según Zelenski.
Sin reunión con Trump y relegado en la OTAN
Además de verse privada de este armamento cuando Rusia la ataca muchas noches con una cantidad récord de cerca de 500 drones, Ucrania aún espera una respuesta a su oferta de comprarle a Estados Unidos el armamento que necesita para poder seguir resistiendo con garantías la ofensiva terrestre de Rusia y su escalada de ataques aéreos.
Zelenski considera que la cuestión sólo puede desbloquearse "a nivel de presidentes", pero no pudo ni siquiera intentarlo en el G-7, como tenía previsto, al marcharse Trump antes de que el presidente ucraniano llegara siquiera a Canadá para la cita.
Pese a que Rusia lanzó en plena cumbre contra Kiev un ataque con misiles y drones que provocó cerca de 30 muertos civiles, Trump ni siquiera condenó ese bombardeo y no mostró intención de castigar a Putin con sanciones al petróleo y al sector bancario solicitadas por Zelenski.
El plantón a Zelenski en Canadá y el resto señales de la Administración Trump dejan claro para Kiev que Ucrania ocupa un lugar poco importante entre las prioridades de esta Casa Blanca.
Por el veto de Washington, el presidente ucraniano sólo participará en la cena de líderes, y no en las sesiones oficiales como ocurrió en las últimas dos cumbres, en la reunión anual de la OTAN que tendrá lugar en La Haya el 24 y el 25 de junio.
La esperanza de Kiev es la guerra asimétrica
Ante la imposibilidad de aceptar unas exigencias de Moscú para el alto el fuego que supondrían desarmarse o renunciar en la mesa de negociación a territorio que Kiev no ha perdido en la guerra, Ucrania trata de contener la ofensiva terrestre rusa con lo que tiene, al tiempo que apuesta por la producción de armas propia con cada vez más financiación europea.
Ucrania anunció el pasado 13 de junio que ha empezado a producir en serie su misil balístico de corto alcance Sapsan, capaz de alcanzar objetivos a 300 kilómetros.
Buena parte de las esperanzas ucranianas están puestas también en operaciones de guerra asimétrica como la que destruyó con drones activados desde territorio enemigo el 1 de junio decenas de aviones militares rusos, que de momento no son suficientes para contener o revertir los avances de las tropas del Kremlin.
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