“La realidad climática hace cada vez más palpable la utilidad del seguro agrario”

Pregunta.–El año 2025 está siendo más benévolo con nuestro campo que los últimos ejercicios

Respuesta.–Efectivamente, por el momento no estamos sufriendo grandes fenómenos meteorológicos adversos y las precipitaciones de marzo han resultado muy positivas para nuestros campos y cultivos. Tal y como sucede en gran parte del país, la actividad tormentosa se ha intensificado en mayo, provocando siniestros de pedrisco relevantes en algunas zonas de la vega del Guadalquivir aunque limitados en extensión y cultivos afectados. De momento, hemos recibido declaraciones de siniestro por lluvia y pedrisco cuya estimación de daños se acerca a los 10 millones de euros, la mitad aproximadamente es a causa del pedrisco. También hemos recibido algunos siniestros por daños por helada y algo de viento y sequía. Por su parte, los seguros pecuarios y de retirada y destrucción de animales muertos cuentan con indemnizaciones que, hasta el momento, alcanzan los 3,7 millones. En total, hasta la fecha, la indemnización estimada de este año se sitúa en 24 millones. Una cantidad relevante, pero de momento, no alarmante.

P.–2024 dio un respiro a agricultores, ganaderos y aseguradoras ¿verdad?

R.–Sí, la verdad es que lo hizo y menos mal que fue así. El seguro agrario es una herramienta cada vez más útil - en vista de la realidad climática-, que ayuda y, a veces, permite que agricultores y ganaderos puedan continuar con su actividad, a pesar de sufrir un siniestro. Pero todo empresario del campo quiere vivir de su trabajo y poder recoger una cosecha en la que ha invertido todo su esfuerzo. Tras un 2023 devastador, con más de 150 millones de euros en indemnizaciones para agricultores y ganaderos andaluces, la meteorología de 2024 fue más benévola, con casi 45 millones de indemnizaciones. Una cifra nada desdeñable, pero incomparable a la de 2023.

“Todo empresario prefiere vivir del fruto de su trabajo y recoger la cosecha en la que ha invertido su esfuerzo”

P.–¿Qué riesgos afectaron más y a qué cultivos?

R.–Los daños se debieron sobre todo a tormentas de pedrisco registradas durante la primavera y en octubre, con la Dana que causó tantos daños en Valencia. Más de 12 millones de euros, que alcanzan los 16,5 si añadimos los daños por viento y lluvia. Los cultivos más afectados fueron las hortalizas, con cerca de 10 millones en indemnizaciones, sobre todo las cultivadas bajo cubierta. También el olivar, los cultivos herbáceos y los cítricos, con entre 7 y 8 millones cada uno…

P.–Volviendo al 2025, ¿estamos libres de riesgo?

R.–No, y con la realidad climática que vivimos, cada vez nos resulta más difícil determinar cuál es el momento del año en el que el riesgo es menor. Evidentemente, damos por finalizada la temporada de heladas y de lluvias primaverales; ahora hay que comprobar cómo termina la campaña de cereal, cómo evoluciona el mildiu en la uva de vino -con una afección relevante en las principales D.O. de nuestra región- y, sobre todo, qué papel destructivo tendrán las tormentas de pedrisco, ya que, tradicionalmente, a partir de ahora es más probable que hagan acto de presencia, aunque este año, ya las hemos sufrido anticipadamente. De lo que no cabe duda es de que aparezcan con mayor o menor intensidad, el seguro agrario evaluará daños y cumplirá como todos los años.

P.–¿Son riesgos preocupantes?

R.–Por supuesto. No son tan masivos como una sequía, pero son más impredecibles. Puede descargar fuertemente sobre una zona concreta o varias, o también puede no presentarse en toda una campaña y arruinar todo el trabajo en apenas una tarde de tormenta si llega a pocos días de cosechar o vendimiar, momento en el que hace mucho daño sobre la producción.

“Hay que comprobar el papel destructivo que ejercen las tormentas de pedrisco de aquí en adelante”

P.–¿Hay margen para asegurar?

R.–Lo hay, porque en Andalucía tenemos un campo muy rico y mucha variedad de producciones. El seguro de olivar, cuenta con el periodo de contratación del módulo P primaveral abierto hasta el 30 de junio; en el caso de los cereales de primavera tienen hasta el 31 de julio. Las legumbres o las oleaginosas como el girasol todavía cuentan con una semana más aproximadamente, en concreto hasta el 15 de junio. Además, ahora se pueden contratar otras líneas de seguros como el fresón y otros frutos rojos con protección tanto a la producción como a los invernaderos. Recordamos que la costa de Huelva sufrió este invierno el paso de constantes temporales de lluvia y viento, e incluso de varios tornados. También, las hortalizas bajo cubierta se pueden empezar a contratar ahora, aunque las fechas dependen del cultivo y del ciclo. Y por supuesto, los cítricos, que mantienen abierto el plazo hasta el 15 de septiembre.

“En los cinco primeros meses del año, el capital asegurado crece respecto a 2024 en un 12,5%”

P.–¿Y qué hay de los seguros pecuarios?

R.–Pues el Plan 2025 de seguros pecuarios acaba de entrar en vigor el pasado 1 de junio y en esta ocasión las principales novedades se centran en la línea de seguro de ovino y caprino. Entre ellas, destaca la inclusión de la cobertura de viruela ovina y caprina en la garantía básica de las pólizas, la ampliación de la protección frente a la Brucella, la Tuberculosis Caprina o el meteorismo, o el importante crecimiento (cercano al 8%) en los valores de aseguramiento de las explotaciones reproductoras de carne y cebaderos, así como un incremento en el valor de la leche.

R.Muy relevante todo ello, ya que el capital asegurado de los seguros pecuarios en Andalucía ha crecido un 5% en 2024 y ha superado los 321 millones de euros.

P.–¿Qué tendencia marca la contratación en 2025?

R.–Los datos son muy positivos, por lo que mantenemos la tendencia de los últimos años. Hasta mayo, el capital asegurado crece respecto a 2024 en un 12,5% y ya supera los 902 millones de euros en Andalucía. Además, este incremento en la contratación se refleja también en la superficie asegurada, que crece un 16,6% hasta las 264.000 hectáreas aseguradas. La producción asegurada crece en casi un 15% y se sitúa en casi 2 millones de toneladas. Y es que la incertidumbre que provoca la realidad climática repercute, sin duda, en la necesidad de agricultores y ganaderos de afrontar la primavera y el verano con la tranquilidad de contar con una póliza de seguro agrario.