Estudiantes-Betis Baloncesto: ¿Quién dijo miedo?, a un triunfo de la ACB (82-86)

Final Four de Primera FEB

Un Hughes magistral lidera al conjunto verdiblanco en la semifinal ante el Estudiantes y luchará por el ascenso

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Los jugadores del Betis Baloncesto celebran su triunfo ante Estudiantes.
Los jugadores del Betis Baloncesto celebran su triunfo ante Estudiantes. / FEB

Una más. Sólo una. Un triunfo más para lograr el ascenso. El Betis Baloncesto está a un paso de lograr el objetivo marcado en verano..., contra todo y contra todos. Contra una temporada llena de problemas, de lesiones, de salidas de tiesto... Contra todos los rivales en la Primera FEB con más ex ACB de la historia. Estudiantes, organizador de esta Final Four, hincó la rodilla en semifinales por 82-86 sin estar ni un solo segundo por delante en el marcador. Y eso que tiene otro buen puñado de estrellas y cambiaron de entrenador, Natxo Lezcano por un Pedro Rivero al que puede que se le haya escapado una sonrisilla, para ascender a la cuarta. Pero tendrá que esperar. Porque no tienen a Hughes. Don Mark Hughes desde hoy (si no lo era ya), quien se echó el equipo a la espalda, asumió galones cuando el balón quemaba y llevó al conjunto bético a la victoria para alargar el sueño.

Y es que ya se sabía que la semifinal se decidiría en detalles. En los tires libres que se fue dejando el cuadro colegial por el camino y que el escolta bético metió en la recta final. En los rebotes ofensivos concedidos por los heliopolitanos o el criterio a la hora de pitar faltas y que mandó al banquillo antes de tiempo a De Bisschop y Tunde que llevó a Granger a la línea de personal a poco más de un minuto para el final. Granger falló uno y Estudiantes entró en el último minuto por detrás en el luminoso de la Caja Mágica (77-78). Entonces Hughes se inventó una asistencia para que Radoncic entrara con decisión para anotar ante el pívot local. Francis Alonso falló y el escolta estadounidense entró con decisión para anotar pese a que Kravic le puso los dos brazos en la cara (77-82). ¿Adicional? Sigan, sigan, como casi todo el encuentro cuando entraba a canasta uno de verde y blanco.

Kravic apretó el marcador, pero a segundos del final el balón era para Hughes, un seguro desde la línea del tiro libre para liquidar al Estudiantes y plantarse en la final para pelear por el ansiado regreso a la ACB. Sin miedo a nadie. Sin miedo a nada. Ni siquiera al hecho de perder una ventaja de diez puntos en un visto y no visto. Sin presión por el ambiente ni nervios pese a las absurdas pérdidas que permitían al rival correr y anotar con cierta facilidad incluso con Gonzalo García de Vitoria desgañitándose en la zona técnica. Y es que pese a esa decena de puntos de ventaja con la que llegó el equipo al descanso, todo el mundo sabía que Estudiantes se iba a reenganchar al encuentro. Y lo hizo. La máxima renta del cuadro sevillano fue el 37-49 al inicio del tercer acto, justo antes de la reacción madrileña. El empuje Garino puso a seis a su equipo, cuando Renfroe, que juega sin nervios, con el corazón latiendo a otro ritmo, cortó el parcial. Apareció Alderete para sumar bajo el aro, rebotear en ataque y clavar un triple que empataba el choque (55-55), pero entonces respondió a Cvetkovic con la misma moneda para dar algo de aliento a los suyos.

El tercer cuarto acabó con 60-64 y Hughes abrió el parcial decisivo con otra canasta respondida por Joaquín Rodríguez. Con él y el otro uruguayo, Granger, jugó siempre mejor el Estudiantes que con el base solo. Barro empezó a hacer daño en la pintura y Benite acumulaba fallos en los tiros mientras Hughes cogía aire en el banquillo. Amagaba, pero no llegaba nunca el cuadro colegial a ponerse por delante por algún falló siempre desde la personal para llegar a un final apretado que resolvió el Betis Baloncesto curiosamente sin anotar ningún triple, su mejor arma, desde aquel de Cvetkovic al inicio del último cuarto.

Lo que son las cosas, porque como en toda la temporada, la máxima de vivir o morir del triple fue llevada al extremo en la primera semifinal de la Final Four. Hughes arrancó el partido con la flecha hacia arriba. Uno, dos y tres triples para abrir boca. Tres de tres al que no pudo seguir Schmidt, que respondió al primero, al segundo, con una canasta de dos puntos, y ya no pudo con el tercero. Mucho menos al cuarto de un Rubén López que lanzó liberado desde la zona frontal. Poco scouting ahí...

Granger defiende a Jelinek.
Granger defiende a Jelinek. / FEB

La salida fulgurante de los verdiblancos desde el triple (4-5) tuvo respuesta también en defensa. Los cambios de Gonzalo García de Vitoria llegaron pronto, con Tunde dándole el recambio a De Bisschop para seguir presionando a Kravic en la pintura, desasistido por sus bases. Y es que Estudiantes jugaba con un punto de nerviosismo que por momentos no supo controlar. La entrada de Joaquín Rodríguez no cerró la sangría colegial y Radoncic colocó el +10 con el 11-21, cómo no, desde el perímetro. Lezcano llamó a capítulo a los suyos y las instrucciones y reprimenda sirvieron. Se quedó clavado el Betis en los 21 puntos y el ex bético Joaquín Rodríguez lideró la reacción local tanto con puntos como elevando la intensidad defensiva sobre Cvetkovic. También Andric, que trataba de sacar del encuentro a un Radoncic centrado esta vez. Después de 10 minutos, 16-21. Quedaba un mundo por delante todavía.

El atasco en ataque de los heliopolitanos se extendió, aunque la producción estudiantil sólo le dio para colocarse a dos puntos, 20-22 gracias a un tiro libre de De Bisschop cuando le sacó la segunda falta a Kravic. Pero la lata se abrió de nuevo. Después de más de cinco minutos sin canastas en juego Benite volvió a clavar un triple, De Bisschop aprovechó la feble defensa de Alderete para anotar bajo el aro y Renfroe en su primer tiro anotó otro triple (23-30). En cuanto salía Granger por Joaquín Rodríguez Estudiantes defendía peor y Jelinek aprovechó las bondades del rival para clavar dos triples más y devolver al Betis el +10, aunque la máxima renta llegó con el +11 que puso Kasibabu desde el tiro libre. Al descanso, 32-42. Una renta soñada, pero nada decisiva y menos en una semifinal de este calibre.

Pero quedaba un mundo y Estudiantes se metió en el partido. Al final, marcador ajustado, otra vez un +4 como en los dos encuentros de liga. El primero se lo llevó el Estudiantes; el segundo, en San Pablo, el conjunto hispalense; el decisivo, en la Caja Mágica, fue también para un Betis que quiere más. No se vayan todavía...

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